ESCUELA SUPERIOR DE MEDICINA
(ASPECTOS HISTÓRICOS)
En 1936, bajo el régimen del General Lázaro Cárdenas Del Río, tuvo lugar la creación del Instituto Politécnico Nacional como una de las más importantes estrategias educativas, particularmente en materia de Enseñanza Tecnológica, misma que fue concebida como el soporte fundamental para el desarrollo del País.
La idea se gestaba desde principios de los años 30 del siglo pasado, a partir de un destacado grupo de valiosos mexicanos intelectuales, políticos, médicos, sociólogos, antropólogos y etnólogos, que percibían la necesidad de los mexicanos de un profesional médico con ciertas características muy especiales en cuanto a la capacidad y a la disposición para hacer frente a los enormes problemas que, en materia de salud, experimentaban miles de compatriotas en el ámbito rural de nuestra Patria.
La propuesta derivada de los estudios de Othón de Mendizábal y aquellos brillantes ideólogos, dio pie a que el 4 de marzo de 1938, fecha considerada como de fundación, iniciaran los cursos de la nueva carrera con el registro escolar de nueve decididos jóvenes, que han pasado a la historia como los pioneros de la nueva e incierta aventura que poco a poco se iría consolidando en el Politécnico y en la sociedad mexicana.
A partir del aquel inicio y hasta 1944, las primeras generaciones estudiaron la carrera de Médico Rural como parte de la oferta educativa de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas; y no fue sino hasta el año de 1945 cuando se creó por decreto oficial, la Escuela Superior de Medicina Rural, la que, sin contar aún con instalaciones propias, quedó integrada al conjunto de las demás escuelas superiores que conformaban el I.P.N.
Para el año de 1950 la comunidad de la Escuela se formaba por unos cien profesores y 450 alumnos. Todavía la actividad escolar se desenvolvía en instalaciones pertenecientes a la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, situada en el legendario Casco de Santo Tomas. En la memoria de los más antiguos profesores y egresados, se encuentra imborrable el recuerdo del famoso “Salón 45” asignado a la carrera de Médico Rural para el desempeño de las clases teóricas, así como las instalaciones y anfiteatro del Departamento de Anatomía y con aulas para la enseñanza clínica en el Hospital General de la S.S.A., el primero de los campos hospitalarios que abrió sus puertas a la Escuela.
Fue por ese tiempo, cuando autoridades, alumnos y egresados emprendieron una tenaz campaña para promover la construcción de un edificio propio, esfuerzo que culminó con la planta física que aún habitamos, de cuya estructura e imagen original todavía se conserva el Auditorio Principal y el Edificio de Gobierno. La inauguración de las flamantes instalaciones, ocurrida en el año de 1957, puede marcar el final de la etapa de fundación y consolidación de la Escuela, para dar paso a la etapa de un vigoroso desarrollo, el cual no sólo se dio en términos de crecimiento de la demanda escolar y generación de egresados, sino en materia del prestigio académico que ha llevado al Plantel a los primeros sitios de importancia en el contexto de las escuelas de medicina mexicanas.
Otro relevante acontecimiento histórico de nuestra Escuela, que sin duda contribuye a delinear esta etapa de desarrollo que hasta la fecha persiste, lo constituye el hecho trascendente de la supresión del término rural en la denominación oficial de la carrera de medicina y de la propia Escuela.
En 1965, a 27 años de fructífera existencia, la E.S.M.R., ya era ampliamente reconocida ante los organismos de salud pública, y sus egresados actuaban en correlación con los diferentes componentes del Sistema Nacional de Salud, en todos los confines de la Nación. Sin embargo, por la primera década de la segunda mitad del siglo XX, tenues vientos de desarrollo comenzaban a cambiar las condiciones de abandono absoluto en el campo, que existían en la época de los años 30’s en que la carrera de Médico Rural fue concebida, al tiempo que las universidades de los estados se multiplicaron y en muchas de ellas se abrieron escuelas de medicina cuyos egresados se desenvolvían en sus correspondientes áreas de la provincia.
La nueva visión panorámica de las condiciones de salud y el creciente desarrollo de la enseñanza de la medicina en México, permitieron percibir como innecesario el adjetivo de rural, cuya alternativa de supresión en modo alguno implicaba cambiar o menoscabar los principios doctrinarios y filosóficos de Servicio Social que inspiraron la fundación de esta Escuela, sino desvanecer obstáculos conceptuales al libre y universal desarrollo de los egresados, quienes mostraban estar preparados para ejercer la medicina con toda eficiencia hacia cualquier tipo de población y en cualquier zona o territorio del país y muchas partes del extranjero.
La iniciativa fue elevada al Consejo General Consultivo del I.P.N., en el cual se generaron prolongadas sesiones de trabajo para analizar las ventajas y desventajas de la propuesta. Al mismo tiempo, en el entorno escolar se palpaba una fuerte corriente opositora fundamentalmente formada por los primeros egresados; no obstante, las opiniones favorables poco a poco fueron formando consenso hasta que el apoyo a la medida resultó ser mayoritario.
En 1965, siendo Director General del I.P.N. el Dr. Guillermo Massieu Helguera y Director de la E.S.M.R., el Dr. Ignacio Barragán Sánchez, se aprobó en sesión solemne del Consejo General Consultivo suprimir el calificativo de Rural en la designación oficial de la institución dependiente del Instituto Politécnico Nacional encargada de formar médicos cirujanos, la cual
llevaría en lo sucesivo el nombre de ESCUELA SUPERIOR DE MEDICINA DEL I.P.N. que orgullosamente ostenta hasta la fecha.
En la actualidad, nuestra Escuela, fiel y respetuosa con el compromiso adquirido en el momento mismo de su gestación, continúa con la noble, difícil y delicada tarea de formar los recursos humanos que en materia de salud requiere el pueblo de México.
Durante su vida institucional ha visto surgir en su seno a la carrera de enfermería en el año de 1940, que más adelante habría de conformar a la Escuela Superior de Enfermería y Obstetricia. Diez años más tarde, gracias a las gestiones visionarias de otro ilustre español, el prestigiado oftalmólogo Dr. Manuel Márquez Rodríguez, la Escuela dio pie a la creación de la Carrera de Optometría, misma que llegó a alcanzar uno de los primeros lugares en Latinoamérica por su alto grado de desarrollo académico y tecnológico.
La doctrina social planteada y cabalmente sostenida desde los inicios de nuestro Plantel, permitió el surgimiento de un importante proyecto de desarrollo académico que culminó, en 1974, con la fundación del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CICS), ubicado en el área rural de la Delegación “Milpa Alta” del Distrito Federal. El gran promotor de esta nueva visión en la enseñanza social de la medicina, fue el ilustre Dr. Héctor Castro Abitia, entonces director de la E.S.M. y que posteriormente alcanzaría el cargo de Secretario General del I.P.N. Hoy por hoy el CICS cuenta con un nuevo campus en la Unidad Profesional “Lázaro Cárdenas” en el área del Casco de Santo Tomas, en cuyas instalaciones se alberga recientemente la carrera de optometría que por casi cinco décadas formó parte de la Escuela Superior de Medicina.
Por todo lo anterior, la reflexión final:
La Escuela Superior de Medicina: ¿Es una historia en marcha?…
¡Por supuesto!… Porque estas líneas sólo son un asomo hacia los hombres, su grandeza y su circunstancia, que han transitado por el devenir histórico del Plantel; hemos vislumbrado hacia los momentos, retos y luchas que de alguna forma fueron determinantes para llegar hasta lo que somos en nuestro tiempo. Sin embargo, la gran parte de la historia aún no puede ser contada, porque los estudiantes, los profesores y los trabajadores de hoy, apenas están escribiendo, día con día, el capítulo que les corresponde.